martes, 15 de mayo de 2012

PRIMER ANIVERSARIO DEL MOVIMIENTO 15-M


Tal día como hoy, hace exactamente un año, miles de ciudadanos de toda España tomaban las plazas y calles de las principales ciudades del Estado, reivindicando de forma pacífica el derecho a tener un futuro, a tener esperanza. Los jóvenes de este país, espoleados por la dramática situación económica que atravesamos desde que en el 2008 estallara la crisis mundial - y que se ha cebado con especial saña en este sector de la población -  reclamaban un mundo más justo, una democracia más real, menos delegativa y más participativa. Pero sobre todo expresaban el desencanto más absoluto con la clase política, con el empresariado y con la banca. En definitiva, con la clase dirigente de este país, alienada por completo de la realidad social.

En vísperas de elecciones, los dos grandes partidos políticos se echaban los trastos a la cabeza mutuamente pensando, en clave electoral, en los beneficios o el perjuicio que les pudiera ocasionar el espontáneo movimiento. Mientras, la gente se había organizado a través de las redes sociales dispuesta a hacerse oír, a que se escuchasen sus reivindicaciones y a que, aunque no fuesen atendidas, al menos constasen en acta, en una especie de ‘derecho a la pataleta’ multitudinario. Algo que se dio en llamar ’Spanish Revolution’, con Sol como símbolo y referencia.


Lo sé porque yo fui uno más de los que estuvo allí. Un joven más.

Uno más de esos mismos jóvenes que tantas veces han sido acusados injustamente de pasividad e indolencia. Esos jóvenes que han visto convertidas las universidades españolas en auténticos ‘aparcaderos de estudiantes’, sin inserción real posible en el mercado laboral. Esos jóvenes que contemplan la emigración como única salida asequible pero no deseable. Esos jóvenes que han visto como, reforma educativa tras reforma educativa, la calidad de la enseñanza de este país se degradaba cada vez más, hasta situarla a la cola de Europa. Esos jóvenes que finalizan sus estudios básicos siendo ANALFABETOS FUNCIONALES, sin capacidad crítica o reflexiva alguna, mano de obra barata lista para ser exprimida, tras pasar por un sistema educativo que se dedica a aniquilar sistemáticamente la curiosidad natural y las capacidades críticas y creativas innatas de los niños. Pocos chicos se vuelven a acercar a un libro después de terminar los estudios primarios. Y es que saber leer no significa que se comprenda lo leído.

Esos jóvenes españoles que forman ya, según el FMI y el BCE, una auténtica GENERACIÓN PERDIDA. Muchos de los chavales que se manifestaban hace un año, y que se manifiestan sin duda ahora, no podrán empezar a incorporarse al mercado laboral, según las previsiones, HASTA 2018. Peor es aún la situación de los que estamos en tierra de nadie, de los que hemos dejado de ser ‘exactamente’ jóvenes.

La gente ha dejado de tener esperanza en el futuro. Estamos sumidos en una depresión que va más allá de lo económico. Creo que la situación queda perfectamente resumida en esta genial viñeta de El Roto, publicada en el diario El País.


Hace unos días, me encontraba en mi casa repasando una serie de discos antiguos. Entre ellos algunos de Décima Víctima. Para quien no lo sepa, Décima Víctima fue una banda post-punk madrileña hispanosueca de efímera vida, formada por Carlos Entrena, José Brena y los hermanos Mertanen, que entre 1981 y 1983 sacaron un par de LP’s y un puñado de singles. Estaban muy claramente influenciados por la banda inglesa Joy Division y su visión existencial del mundo. 

Pues bien, el sentido de esta digresión está en la sorpresa que me llevé al escuchar la canción ‘OTRO FUTURO’, del álbum de 1982. La canción fue escrita en un año en que España se encontraba en una situación muy parecida a la que nos encontramos ahora, con millones de parados, apenas superado un reciente intento de golpe de estado y al borde de la fractura social. La canción describe el sentimiento de la juventud de aquella época, aquella otra ‘generación perdida’. Hay algunas frases terriblemente certeras (‘jóvenes ociosos, viejos prematuros’) que describían a aquellos parados en contra de su voluntad, jubilados antes de tiempo, a contra natura, y que son perfectamente aplicables y extrapolables a la situación de nuestros días. Con una diferencia: la España de 1982, la del Mundial de Naranjito, acababa de dejar atrás la gris década de los 70 y 40 años de dictadura para, de la mano del entonces recién electo Partido Socialista, encarar con optimismo la futura adhesión de España a la Unión Europea. Ingreso que inauguró una nueva época de desarrollismo económico. En la España de hoy en día, ese horizonte no existe, no podemos agarrarnos a ese salvavidas. El único horizonte que nos espera cual espada de Damocles es el del rescate o el de la salida del euro, a cual más funesto.

Treinta años han pasado desde esta canción, y nos encontramos en la misma situación, o aún peor, que entonces. Una auténtica vuelta a la casilla de salida.


Jóvenes ociosos, viejos prematuros
que pasáis las horas muertas.
Nulos en encuestas, cursos y seguros
y en llamar de puerta en puerta.

Vosotros sois una generación,
vosotros sois otro futuro.

Jóvenes cansados, mártires sin culpa
que lucháis por un destino.
Nuevos aprendices de una vida dura,
trashumantes en camino.

Vosotros sois una generación,
vosotros sois otro futuro.

Jóvenes de aspecto de interior oscuros,
útiles si hubiese medios.
Esperad con calma a que acabe el tiempo
de la decepción y el tedio.

Vosotros sois...
Vosotros sois...

Vosotros sois una generación,
vosotros sois otro futuro.

De todas maneras, yo quiero terminar esta reflexión con una nota de optimismo. Porque necesito respirar, creer que las cosas van a ir mejor y que vamos a ver de nuevo la luz al final del túnel. Os dejo con otra canción de Décima Víctima, ‘FE EN TI MISMO’, del mismo álbum, esta vez compensando con el ying de la esperanza el yang del negro futuro que nos aguarda.


Cuando todo va mal y te pesa la vida,
cuando no quedan sueños y esperas rendido.

No rechaces el futuro,
recupera la fe en ti mismo.

No merece la pena buscar lo perdido
cuando aún desconoces tu propio sentido.

No estás solo, estás contigo,
recupera le fe en ti mismo.

No rechaces el futuro,
recupera la fe en ti mismo.
No estás solo, estás contigo,
recupera le fe en ti mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pues la verdad es que las cosas no cambian en ninguna parte, yo vivo en chile y espero hace años algún cambio sobre todo en lo que es educación..
si quieres conocer alguna entrada mía te invito a mi blog: imaginemyparadise !