viernes, 5 de febrero de 2016

"FRAGUANDO EL TIEMPO" - DIEGO CÓRDOBA (1987)


Portada de Pichard.

Breve historieta de 4 páginas publicada en el número 12 de la revista "Totem el Comix" (Septiembre 1987, Toutain Editor). Ciencia-ficción y viajes en el tiempo con paradoja temporal incluida. Guión y dibujo: Diego Córdoba.





4 comentarios:

Mo Sweat dijo...

Curiosa historieta, muy de la época... boom del cómic adulto, temáticas de alto contenido sexual... y un gran documento histórico de nuestro amigo Diego.

He descubierto este álbum (Proie du Scorpion), publicado algunos años más tarde, donde vemos la evolución del dibujo de Diego... en una línea más BD:

http://www.bedetheque.com/media/Planches/proieduscorpion01pl_12563.jpg

Y este otro, L'Étreinte de l'Anaconda:

http://www.bedetheque.com/media/Planches/AlblesDerniersHommesLibres_20062009_182451.jpg

Muy, muy interesante.

Saludos.

Hombre de Trapo dijo...

Muy buenas, Mo.

Efectivamente, esta es una historieta muy de los años 80, muy de la línea de revistas Toutain, con esa mezcla de Ci-Fi y destape marca de la casa. En estas páginas al amigo Diego se le notan las influencias underground. El manejo que hace de las masas de negros me recuerda ligeramente a Magnus, aunque supongo que él dirá que su mayor influencia puede que fuera su admirado Randy Holmes.

https://2.bp.blogspot.com/-VVXSlGfFs5Y/Vrc67_BAVtI/AAAAAAAALos/EMatJHj5Yww/s1600/02.jpg

https://tyrellcannon.files.wordpress.com/2012/11/rand-scifi.jpeg

Mi viñeta favorita de la historia es este plano contrapicado, cuya perspectiva está especialmente bien resuelta, con las líneas de fuga del edificio (y la escalera de incendios) apuntando hacia el cielo.

https://2.bp.blogspot.com/-8DBTpQOFASw/VrcthFqSJLI/AAAAAAAALoY/BJrGEvprtZc/s1600/03.jpg

Y para esta viñeta me jugaría el cuello (y creo que no me equivocaría) a que utilizó algún tipo de referencia fotográfica (je, je).

https://3.bp.blogspot.com/-k1y8dNFu18A/VrctjTlu4DI/AAAAAAAALoc/g19hCoO3BWY/s1600/04.jpg

Muchas gracias por los enlaces adicionales, en los que parece que Diego siguió una línea de dibujo más "europea", más BD, ya con la presencia del color (¿también aplicado por Diego?).

Con todo, me parece que esta graciosa historia fantacientífica de amor edípico no deja de ser un curioso e ilustrativo documento de un tiempo y una época del cómic español.

Saludos.

Diego Cordoba dijo...

Estimados amigos,

A vosotros dos os encargaré encontrar al hijo de Lindbergh, que todavía no lo han encontrado, porque nunca creí que alguien descubriera esto, puesto que hace años dejé los tebeos, y fue mucho antes del internet. Como quien dice, hay gente muy desocupada, y no lo digo por vosotros, si no por el que escaneó estas imágenes de unos tebeos que ya no se consiguen en ningún lado. O es un genio en encontrar obras desconocidas.

La historia que nos muestras, fue un puro producto de la época aunque en un principio fue un guión para un cortometraje que realizé con unos amigos. Me vino la idea de un libro de Freud que mi compañera de entonces estaba leyendo, en el que el amigo Freud decía que el hombre busca en su mujer alguien que remplazara a su madre. No sé, lo último que yo buscaria es casarme con una mujer igual a mi mamá, con todo el respeto y que en paz descanse la pobre. Se me hizo una idea tan disparatada, que me dió hilo para escribir un guión, y realizar un corto metraje, que me tomó más de un año en terminar. Film de 16 mm, filmando cuando nos quedaba un rato libre a todos los que participamos, gestiones de convencer a la “actriz” que el rol debería tener un desnudo, “pues así lo pedía el guión” (ella se negó, y después se fue a Francia donde hizo carrera artística…empelotándose en todas las películas).

Después de revelada la peli, había que hacer una copia “positiva” para preparar el montaje, y los positivos los hacían no sé donde, y se demoró un año antes que pudieramos hacer el montaje a deshoras en las oficinas de la TV, sin permiso ni nada. Entre tanto me dije, y ¿si me lo hago en forma de tebeo?

Para quienes piensen que entrar en el mundo del tebeo es fácil, pues nanay cucas. Es más fácil pararse en las manos o respirar bajo el agua. Cansado de que los editores dijeran “sólo publicamos gente conocida”, “todavía no tienes un estilo propio”, “la tématica no corresponde a nuestra línea editorial” y otras bestialidades, me topé con Toutain. Le conté lo que me decían los otros editores. “Eso son mentiras de editores, porque si les llega Manara con algo, se lo compran a ciegas,” me dijo él. Y es que en ese entonces Manara era dios, y el autor que más vendía (aunque no tanto como un Tintin o un Asterix, ni un Mortadelo; digamos el que más vendía en el estilo realista). Finalmente me dijo Toutain de dejar unos dibujos y te avisamos. A la semana me llegó una carta con un cheque por 200,000 pelas por cuatro páginas (unos $200 hoy en día). ¡Guau! Aunque lo veo ahora, y se me hace bastante mediocre (el dibujo, digo). Pero, coño, era todavía un chaval.

Finalmente fue Toni Guiral, quien en esa época trabajaba para Norma, quien me dió la mejor idea. Me decía que lo que yo hacía iba más para L’Echo des Savannes, una revista medio underground y érotica que salía en Francia y había sido creada por Mandryka, Bretécher y Gotlib, con esperanza de hacer algo más adulto (o underground) que la revista Pilote de Goscinny, y como yo hablaba francés, pues la demora era lo de menos. Así que me fui a Francia, solo para darme cuenta que l’Echo des Savannes era una revista fantasma, sin editor ni nada (la hacían los impresores comprando material a diestra y siniestra, sin importarles un bledo la censura, la política y demás). Pero, eso es otra historia sobre mi vida de bedeísta.

Lo curioso es que en España solo te publicaban en blanco y negro, y en Francia todo era a color. Lástima que en los enlaces de Mo las copias salen tan mal, pues realmente la calidad era optimal, pues yo controloba los colores con el impresor. Bilal me preguntaba, “¿Cómo es posible que tus tebeos salen tan bien, y los míos, hechos por un gran editor, los colores salen una mierda?” Pues por eso, porque yo me tomaba la pena de ir donde el impresor, aunque no lo podría hacer si trabajaba para Dargaud, o alguno otro de los grandes editores.

Pero fue divertido mientras duró, pero muy mal pago por cierto. Son pocos (poquísimos) los que viven de eso, y menos aún los que se hacen ricos.

A vuestra salud, compañeros.

Hombre de Trapo dijo...

Muchas gracias, Diego, por explicarnos el origen de esta historia y su trasvase de lo que iba a ser un cortometraje cinematográfico hasta el papel y tinta finales. Es curiosa la de vueltas que puede dar un proyecto artístico hasta materializarse.

Un abrazo.