Pocas veces un personaje ha levantado tanto consenso en torno a su figura como Paco de Lucía. En un país tan dado a las envidias y a las divisiones internas como el nuestro, todo el mundo reconocía de manera unánime que el maestro de Algeciras era el mejor. Un privilegiado de las seis cuerdas, un virtuoso con unas dotes tan únicas y extraordinarias para extraer sonidos imposibles de su guitarra que daba igual el estilo musical que uno practicase, porque prácticamente los mejores guitarristas de todos los géneros (blues, jazz, bossa nova, country, rock, heavy metal) hace mucho que se habían rendido ante él. Paco ha sido no sólo coyunturalmente el mejor guitarrista del mundo, sino tal vez el mejor intérprete de la historia de este instrumento desde que hay registros.
Hoy en día, el aficionado al flamenco está acostumbrado al mestizaje de este estilo con muchos otros, desde diferentes músicas étnicas hasta el pop o la música electrónica. Sin embargo, esto no era así a mediados de la década de los 70, cuando el flamenco era una música para puristas, practicada y guardada con celo por puristas. En este entorno tan tradicional y conservador, Paco de Lucía fue pionero en mezclar y fusionar el flamenco con el jazz, cuando la palabra 'fusión' era poco menos que una herejía ofensiva para los oídos de los 'guardianes de las esencias'. El talento y la capacidad de trabajo de este hombre (capaz de dedicar 10 horas diarias al ensayo de la guitarra) fueron fundamentales para la difusión y la aceptación de la que goza el flamenco a nivel internacional en la actualidad, iniciando un camino aperturista de experimentación que muchos otros artistas han proseguido después de él.
Más allá de las numerosas distinciones y galardones académicos que recibió en vida (Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes en 1992, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2004, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz y el prestigioso Berklee College of Music en 2007) este 26 de Febrero es un día triste para el mundo del arte en general, porque a un genio se le ha parado el corazón a los 66 años de edad en una distante playa de Cancún, México. Siempre nos quedará su música.
Para recordarle, nada mejor que deleitarnos escuchando el que probablemente sea su tema más famoso, la celebérrima rumba 'Entre Dos Aguas'. Incluida a última hora y a toda prisa como apertura del álbum 'Fuente y Caudal' de 1973, esta canción pronto se convirtió en el buque insignia del nuevo flamenco, entre las raíces y la modernidad.
Paco de Lucía está ya en el Olimpo de los mejores guitarristas universales, junto a otras luminarias como Robert Johnson o Jimi Hendrix. Descanse en paz.
4 comentarios:
Hostias! Me he enterado hace poco, nunca he sido muy aficionado al arte flamenco o la musica popular, pero junto a Manolo Escobar era de los pocos que me transmitian paz y alegria.
¡Ojala hubiese un buen lugar para ellos, si es que existe el paraiso!
Poco que añadir a lo que comentas, Hombre de Trapo, un genio, un referente para los más grandes, patrimonio de la humanidad...
Descanse en paz.
Muy buenas, Stewart Cops.
Si existe un paraíso, seguro que Paco de Lucía tiene garantizado un lugar en él.
Si alguna vez quieres empezar a escuchar algo de él, te recomiendo que empieces por el disco en directo 'Friday Night in San Francisco' que grabó mano a mano junto a Al Di Meola y John McLaughlin. Sublime.
Saludos.
Muy buenas, Mo.
Tú lo has dicho, uno de esos artistas que trasciende etiquetas o nacionalidades para convertirse en parte de todos nosotros. Algo al alcance de muy pocos.
Saludos.
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