Norma Editorial.
Colección Hugo Pratt.
Fecha de publicación: Octubre de 2015.
Guión: Juan Díaz Canales.
Dibujo y color: Rubén Pellejero.
Formato: Álbum en cartoné.
Tamaño: Edición en color, 22,5 x 29,7 cms.
Edición en blanco y negro, 24 x 32 cms.
Páginas: Edición en color, 96 páginas.
Edición en blanco y negro, 80 páginas.
Precio: Edición en color, 19,50 €.
Edición en blanco y negro, 24 €.
Para todos aquellos escépticos que no terminaban de ver claro el regreso de Corto Maltés, vayamos al grano... ¿Merece la pena el nuevo álbum realizado por Canales y Pellejero? La respuesta es SÍ, desde luego que SÍ, un SÍ rápido y contundente. Pero no es únicamente que merezca la pena, no... es que, personalmente, me ha encantado. Este nuevo Corto de factura hispana es una auténtica pieza magistral, una obra que nace desde ya con la etiqueta de clásico moderno de nuestra historieta. Tanto el guionista como el dibujante salen triunfadores de un envite que no resultaba nada fácil, puesto que era un reto en el que unos artistas de su prestigio y trayectoria profesional tenían poco que ganar y sí mucho que perder, a poco que hubieran cometido el más mínimo desliz. Esos son los inconvenientes de revivir un mito del cómic europeo más que un personaje. Los ojos de la crítica especializada estaban puestos sobre ellos, y no todo el mundo está capacitado para manejar semejante presión. Afortunadamente, la empresa ha llegado a buen puerto (en el caso de Corto, nunca mejor dicho) y los dos logran salir por la puerta grande después de haber toreado en la plaza más difícil de sus respectivas carreras. Palabras mayores.
En esta ocasión los autores nos devuelven al Corto más aventurero, alejado de las derivas esotéricas en las que se adentrara Hugo Pratt en sus últimas entregas de la serie. Para algunos eso no será una buena noticia, pero yo (supongo que al igual que la mayoría) siempre he preferido la primera etapa de Pratt al frente del personaje, la más netamente centrada en la aventura. Como todos ustedes sabrán ya a estas alturas, la acción transcurre en 1915, un año después de los hechos narrados en "Una balada del mar salado", primera saga publicada del marinero. Al final de dicha historia Corto y su némesis Rasputín terminaban marchándose en un velero, por lo que resulta lógico que en las primeras páginas de "Bajo el sol de medianoche" continúen estando juntos (al fin y al cabo, ¿qué sería del maltés sin el viejo Ras?), si bien, una vez finalizada la obligatoria presentación del villano en esta nueva etapa, sus caminos se separan muy pronto. El peso de Rasputín en esta nueva historia es, por lo tanto, poco menos que anecdótico.
El álbum está repleto de pequeños guiños que harán las delicias del seguidor veterano de Corto, aunque en ningún momento la inclusión de estos guiños entorpece en absoluto la lectura ni la comprensión de los hechos narrados. Por ejemplo, uno de mis favoritos es la armadura de kendo que Corto encuentra en la cabaña de Jack London en Dawson, y que trae inmediatamente a la memoria el primer encuentro del marino y el escritor en "La juventud de Corto Maltés", dentro del marco de la Guerra Ruso-Japonesa.
Desde el punto de vista artístico, la labor de Rubén Pellejero es más que sobresaliente, logrando siempre el equilibrio perfecto entre , por un lado, el respeto a la tradición y el lógico continuismo gráfico de la saga, y por otro, su visión personal como autor. El dibujante respeta todos los estilemas y los recursos visuales propios de Hugo Pratt (verbigracia, su tendencia al minimalismo en los fondos, la estructura de 4 tiras por página o esos inevitables planos frontales y laterales del protagonista que, de alguna manera, son marca registrada de la casa) pero al mismo tiempo, su representación gráfica de Corto es sutilmente distinta a la de Pratt. De hecho, si alguna palabra puede definir el trabajo de Pellejero en este álbum es precisamente esa, sutilidad. En este sentido, y aunque algunos me tachen de hereje, muy probablemente nos encontremos ante la obra mejor dibujada del personaje en su largo recorrido editorial.
Aún más destacada que la de Pellejero resulta la aportación de Juan Díaz Canales como guionista, convirtiéndose de los dos en la auténtica estrella de la función, algo que a priori pocos podían imaginar. Siguiendo la receta Pratt (es decir, con unos diálogos maravillosos y sin apenas textos de apoyo), Canales presenta una historia sólida, con mensaje ecologista incluido. Una historia monolítica, sin fisuras argumentales, tal y como requería la ocasión. Me entran escalofríos sólo de pensar en las montañas de documentación histórica que este hombre habrá tenido que manejar para reflejar correctamente un tiempo y un lugar geográfico tan marcados como el Gran Norte Americano a comienzos del siglo XX, en los albores de las expediciones árticas y en plena Primera Guerra Mundial. Como buen guionista, Canales es consciente que un personaje, por bueno que sea, no vale nada si no se mueve en un escenario atractivo y un entorno verosímil (y aún más en el caso de Corto, que en muchos casos es más un espectador de la Historia en mayúsculas que un actor en ella). Las aventuras de Corto Maltés siempre han sido la excusa perfecta para realizar viajes exóticos por la Historia del mundo. Por eso, el cuidado y el mimo puestos por el guionista en la ambientación son sencillamente exquisitos, con algunos momentos de extraordinaria brillantez. El relato del caudillo esquimal Ulkurib obsesionado con Robespierre, por ejemplo, es puro "Corazón de las Tinieblas" de Joseph Conrad (y al igual que el famoso líder jacobino, Ulkurib termina decapitado después de recibir una herida de muerte en la mandíbula que le priva de la palabra, "el arma más poderosa con la que doblegar o inflamar el espíritu de cualquiera"), mientras que la escena final del tiroteo con las prostitutas en el saloon es puro "Sin perdón" de Clint Eastwood.
Sólo espero que este álbum se venda como rosquillas, porque el trabajo de sus autores así lo merece. Les auguro a los dos una larga y exitosa carrera al frente de Corto, a poco que las ventas acompañen, como parece. Aunque por lo pronto ya hay planificada una nueva entrega de la serie, en la que incluso se rumorea que el personaje podría llegar a visitar España (no olvidemos que Corto, hijo de una gitana andaluza, se crió en Córdoba de pequeño, o eso escribió Pratt en sus "Memorias").
En cuanto a las dos ediciones publicadas por Norma, tengo que decir que, después de mucho sopesarlo, he optado por la edición en color. Sí, ya sé que los puristas de Corto prefieren leer sus aventuras en blanco y negro, y lo entiendo. Pero es que Corto fue publicado originalmente en blanco y negro, siendo sus historias coloreadas años después de su primera aparición, sin que Pratt interviniera en el color (aunque diese el visto bueno para que así se hiciera). En esta ocasión, es el propio Rubén Pellejero el que aplica el color personalmente. De alguna manera, de haber optado por la edición en blanco y negro, hubiera sentido que me perdía una parte importante del trabajo gráfico del autor. Además, de esta manera, se marca una distinción clara entre los álbumes dibujados por Pratt y los nuevos que vendrán de Canales y Pellejero. La diferencia en el precio (4 euros y medio) , así como el hecho de que la edición en color viniera acompañada de 16 páginas más con distintos extras, terminaron por decantarme definitivamente por esta opción. Aunque seguro que los muy prattianos terminarán haciéndose in extremis con las dos versiones.
Leyendo las viñetas finales de "Bajo el sol de medianoche", el lector no puede evitar tener un nudo en la garganta, una sensación extraña, mezcla de melancolía y tristeza, al verse obligado a despedir a uno de los personajes más legendarios del 9º Arte. Para muchos de nosotros un personaje fundamental en nuestras vidas, casi más un amigo que un ente de ficción. La misma sensación que debe sentir Corto cuando, tras hacer caso del sabio consejo del boxeador Frank Slavin ("No pierdas el tiempo si hay alguien esperándote, ni te calles lo que tengas que decirle... puede que luego sea demasiado tarde") viaja hasta Seattle para declararse a su amor platónico, Pandora Groovesnore (a quien conociera un año antes, en "Una balada del mar salado") sólo para descubrir que ya es demasiado tarde, puesto que está prometida con un tal Keith Murdoch... ancestro, por cierto, del magnate de las comunicaciones Rupert Murdoch.
Adiós, Corto, no tardes tanto tiempo en volver a visitarnos.
Hola hombre de trapo.
ResponderEliminarMagnífica entrada. Estoy totalmente de acuerdo contigo, a mi me ha parecido una gran historia, me ha encantado.
Un saludo
Muchas gracias, Francisco. La verdad es que yo ya esperaba una buena obra, porque con los dos autores involucrados en el proyecto no podía salir nada malo. Pero lo cierto es que el resultado ha superado mis expectativas iniciales y, sencillamente, me ha fascinado. Supongo que se han juntado un poco el hambre y las ganas de comer, porque tenía unas ansias inmensas de leer material nuevo de Corto Maltés... y es que hemos pasado muchos años sin echarnos nada de este personaje a la boca.
ResponderEliminarEspecialmente trabajado me ha parecido el proceso de documentación histórica del guionista. Precisamente de eso hablo en mi próxima entrada.
¡Saludos!
Saludos, Hombre de trapo
ResponderEliminarAnte todo felicitarte por tu excelente blog y por las excelentes entradas que has dedicado a este "retorno" de Corto Maltés. Verdaderamente, me han encantado todas.
Sobre el album en cuestión, decir que estoy en perfecta sintonía con todo lo que apuntas en tu reseña. Como dice el amigo Francisco, a mi también , me ha encantado. El trabajo tanto de Pellejero como el de Díaz Canales me han parecido a la altura de un buen album del Maltes. No sólo han sido fieles y respetuosos con la trayectoria del personaje sino que nos han regalado una obra más que digna para todos aquellos que amamos y disfrutamos de la obra del errante marino. Recientemente leí el libro "Hugo Pratt. A la sombra de Corto" y no me cabe duda que Pratt hubiera dado el visto bueno a esta nueva entrega. Tampoco tengo dudas de que se hubiera sentido orgulloso y contento de ver el mimo y acierto con el que estos dos talentos han tratado el mito que él nos lego.
Pues nada, que espero que en un tiempo no demasiado lejano disfrutemos de otra entrega de Corto Maltés, a poder ser tan buena como ésta. Y, por supuesto, que llegado el momento le dediques otras entradas. Puedes contar con que las leeré y comentaré.
Saludos desde dentro del laberinto!!
PD: Me ha gustado que hayan rescatado aspectos de "Corto Maltés: la juventud", un albúm muy de mi gusto. Además, me encanta Jack London y el volver a ver su influjo y rastro en una obra de Corto me ha ganado desde el primer momento. Aquí te dejo una entrada que le dediqué en mi blog a "Corto Maltés: la juventud" por si te apetece echarle un vistazo.
http://dentrodellaberinto-jareth.blogspot.com.es/2012/08/corto-maltes-la-juventud-
Sed bienvenido, Lord Jareth, a esta vuestra humilde morada. Espero que el gran Monarca de los Goblins pueda sentirse cómodo en ella.
ResponderEliminarEn primer lugar, muchas gracias por vuestros cumplidos, puesto que nos honra en gran medida oírlos de vuestros labios, pero ciertamente no se merecen. Habéis de saber que este vuestro seguro servidor ya se ha adentrado en el interior de vuestro laberinto... y ha quedado maravillado con todo lo que allí ha hallado. Maravillas sin par en forma de posts, ciertamente mucho más interesantes y documentados que los que aquí se albergan. He de confesar que por un momento he llegado a perder la orientación en las profundidades de vuestro laberíntico reino, temiendo no volver a encontrar la salida. Incluso me he topado con una hermosa joven vestida de blanco acompañada de un monstruo lanudo. Decía llamarse Sarah y estar buscando a su hermano pequeño Toby. Oh, pero eso es otra historia... Supongo que vos no sabréis nada al respecto, ¿verdad?...
En cuenta al tema que exponéis con gran acierto en vuestro anterior comentario, supongo que el mayor elogio que se puede hacer de "Bajo el sol de medianoche" es precisamente ése, que el creador de Corto, Hugo Pratt, se hubiera sentido orgulloso al contemplar los resultados del trabajo de Canales y Pellejero de haber continuado con vida. Lo cual no es fácil, ni siquiera remotamente, porque es estar a la altura de un mito. No se puede decir nada mejor que eso. Eso y que nos morimos de ganas por continuar leyendo nuevas entregas del personaje con estos autores, ciertamente.
Sin más, os agradecemos, alteza, vuestra visita a nuestros dominios, haciéndoos saber que aquí siempre seréis agasajado si decidís repetir la experiencia. Esperando con inquietud volver a saber más de vuestra oscura magnificencia, se despide vuestro fiel siervo Hombre de Trapo.
PD: Permitidme, majestad, la terrible osadía de enmendar la dirección del enlace que adjuntáis en vuestro anterior comentario, puesto que está incompleta. Así, si algún otro lector quiere consultar vuestra entrada sobre "La juventud de Corto Maltés", podrá hacerlo sin dificultades. :)
http://dentrodellaberinto-jareth.blogspot.com.es/2012/08/corto-maltes-la-juventud-de-hugo-pratt.html
Muchísimas gracias por la estupenda y del todo inmerecida acogida, Hombre de Trapo. Honrado me siento yo de que hayas visitado mi humilde reino y que haya sido de tu agrado. Como ves te tuteo. Te ruego disculpes mi atrevimiento pero es que gusto de saltarme ese tipo de protocolos. Debe ser por la influencia de mis joviales goblins. je,je. Confío en que en adelante tengas a bien tutearme tu también ya que preveo intercambiaremos más comentarios porque pienso seguir visitando con asiduidad tu enriquecedor blog. Evidentemente siempre con tu permiso.
ResponderEliminarY muchísimas gracias por completar el enlace y enmendar el error. El goblin responsable del mismo ya ha sido castigado a hacer innumerables guardias en los márgenes del pantano del hedor eterno.
También quería agradecerte el que me hayas descubierto la canción "Corto Maltés" de Jairo. Me ha gustado mucho y suena bastante en mi morada desde entonces. La pobre Sarah no sé si te estará tan agradecida jaja pero bueno, como tu muy bien dices, esa es otra historia...
Saludos desde dentro del laberinto!!
:)
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado la canción de Jairo, Jareth, de verdad que sí. Hablando de música, lo cierto es que hay bastantes canciones dedicadas al personaje de Hugo Pratt, pero creo que tanto ésta como "La novia del Corto" de Javier Ruibal son las dos mejores con diferencia.
ResponderEliminarY mira que algunas canciones son realmente curiosas, como esta de 1974 de la francesa Sylvia Fels (titulada "Corto Maltese") a ritmo de samba brasileña (acompañamiento musical idóneo para leer la historia de "Samba con Tiro-Fijo", por ejemplo).
https://www.youtube.com/watch?v=S4WpBCBFMmg
O esta otra de 2001, del luso Vitorino, titulada "Meu Querido Corto Maltese", a ritmo de fado portugués.
https://www.youtube.com/watch?v=sFSAmo5BBz4
O finalmente esta otra del italiano Sergio Endrigo, de 1982, que está dedicada no a Corto, sino a su amor platónico, Pandora Groovesnore, titulada sencillamente "Pandora". Por cierto, que la portada del álbum en que se incluye esta canción, "Mari del Sud", fue obra del propio Hugo Pratt.
https://www.youtube.com/watch?v=4Hrq_ZTnnyY
¡Saludos!