El caso de Huracán Carter es el ejemplo perfecto de cómo los prejuicios raciales pueden condenar a un hombre inocente. Carter aguantó los puñetazos que le dio la vida mejor que los que recibió de sus rivales sobre el cuadrilátero, a pesar de que en muchas ocasiones la vida lo arrinconase contra las cuerdas. Tristemente, no ha podido ganar el reñido combate contra el cáncer. La parca ganó a los puntos.
Descanse en paz.
ResponderEliminarUn tipo muy mal tratado por la vida (y la sociedad)... Pero todo un icono de perseverancia.
Saludos.
Buenas, Mo.
ResponderEliminarEl caso de Huracán Carter es el ejemplo perfecto de cómo los prejuicios raciales pueden condenar a un hombre inocente. Carter aguantó los puñetazos que le dio la vida mejor que los que recibió de sus rivales sobre el cuadrilátero, a pesar de que en muchas ocasiones la vida lo arrinconase contra las cuerdas. Tristemente, no ha podido ganar el reñido combate contra el cáncer. La parca ganó a los puntos.
Saludos.