lunes, 1 de octubre de 2012

ARCHER & ARMSTRONG - VALIANT COMICS




A veces la vida tiene estas casualidades. Serendipias.

Aquellos de ustedes que sigan con regularidad el blog recordarán que hace unos días dediqué una entrada a hablar del toro de Wall Street, del escultor Arturo Di Modica, como símbolo del capitalismo desaforado, con motivo de la polémica suscitada por la portada de Occupy Comics # 2 realizada por David Lloyd.

Pues imagínense mi sorpresa al leer lo siguiente en los dos primeros números de ‘Archer & Armstrong’, el relanzamiento a cargo de Fred Van Lente y Clayton Henry de los personajes creados por Barry Windsor-Smith en los años 90, que Valiant Comics está publicando en la actualidad.


En ellos, la pareja de héroes son capturados y encarcelados en una mazmorra secreta ubicada bajo Wall Street por parte de una secta llamada ‘El Uno por Ciento’ (el nombre de la secta hace referencia al último informe anual del FMI relativo a 2011 en el que se afirmaba que durante ese año el 1% de la población global poseía el 40% de la riqueza del mundo). Los miembros de la secta son brokers e inversores de la bolsa de Wall Street, tienen una réplica del toro de Di Modica en su templo subterráneo y van ataviados con elegantes trajes y máscaras con forma de toro dorado. Dicen adorar al dios de la avaricia Mammon (entidad perteneciente a la demonología clásica, representada -¿lo adivináis?- con forma de toro, como no podía ser de otra forma), e incluso afirman que, entre sus planes para estabilizar la zona euro¡está atacar la economía griega!


- VIÑETA 1: ‘…Pero El Uno por Ciento representa la voluntad del demonio Mammon sobre la Tierra. Y nuestro Señor Oscuro Mammon sostiene una verdad de oro sobre todas las demás: La avaricia no es sólo buena. La avaricia es divina.’

- VIÑETA 3: ‘Es vital en nuestros planes para estabilizar el euro. Haciendo estallar a Grecia.’

Representación del demonio Mammon.


Después de que Archer logre escapar de su celda y elimine a unos cuantos guardias, los miembros de la secta logran reducirlo y dejarlo inconsciente. Fijaos en los términos financieros en los que se expresan en las siguientes viñetas:

'El Uno por Ciento', una  secta muy en la línea
del film 'Eyes Wide Shut' de Kubrick.


- MIEMBRO 1: ‘Parece ser que el joven Archer ha ``devaluado´´ una porción significativa de nuestras fuerzas de seguridad.’

- MIEMBRO 2: ‘Mano de obra. Podemos reemplazarlos por trabajadores temporales sin asegurar y luego embolsarnos sus cotizaciones para las pensiones.’

- MIEMBRO 3: ‘Nuestro Infernal Señor Mammon asiente. Y El Uno por Ciento siempre sale beneficiado.’

- MIEMBRO 1: ‘Así es, hermano Gavin. Pero si vamos a restaurar el equilibrio financiero arruinando a Grecia, el Príncipe de la Avaricia requiere un sacrificio. Y creo que una víctima virgen todavía se considera necesaria.’


Cuando proceden a llevar a cabo el sacrificio ritual, entre los encantamientos y rezos en idiomas arcanos e incomprensibles intercalan conceptos propios de la jerga financiera y la terminología macroeconómica (menuda humorada).


- MIEMBRO 1: ‘Bagabi laca bachabé… lamac chi achababé contratos derivados de la cotización en bolsa… Amac lamec bachalyas… cabahagy sabalyos opciones de compra…’


- MIEMBRO 1: ‘¡Margen de beneficios!’



Os prometo que cuando escribí la entrada sobre Wall Street y el toro de Di Modica todavía no había leído estos cómics. Creedme.

Y es la primera vez que veo que los villanos de un cómic son los mercados, esa entelequia que tiene a la mayoría de los gobiernos europeos cogidos de las pelotas y que tienen a nuestras democracias secuestradas. Esas entidades de poder financiero que no dudan en atacar y apostar en contra del euro en su propio beneficio, aún a coste de conducir al caos a países soberanos como Grecia (el caso más sangrante), pero también Irlanda, Portugal, Italia o España (y ahí nos duele).

Dentro de la exageración y dramatización propias de los cómics, los villanos de estos números de Archer & Armstrong son villanos muy reales, y tristemente de actualidad. Estos cómics tan sólo se hacen eco de la realidad, de la tensión que flota en el aire. Se acabó el tiempo de los científicos locos y los villanos de opereta.

Eso sí, os recomiendo apasionadamente que sigáis esta serie, puesto que Van Lente y Henry están haciendo un trabajo sobresaliente con ella. Los guiones están llenos de detalles de humor negro, muy en la línea del mejor Peter David.

Con Archer & Armstrong, Van Lente se ha ganado para siempre un huequecito en mi corazón.

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